El primer año de vida del bebé está lleno de cambios y descubrimientos, también en lo que respecta a su alimentación. Conocer qué esperar en cada etapa ayuda a acompañarlo de forma adecuada y segura en su crecimiento.
De 0 a 6 meses: solo leche
Durante los primeros seis meses, la leche materna o las fórmulas infantiles son los únicos alimentos necesarios. Proveen todos los nutrientes esenciales para el desarrollo del bebé. La lactancia debe ser a demanda, respondiendo a las señales de hambre y saciedad del bebé.
6 meses: inicio de la alimentación complementaria
Alrededor de los seis meses, la mayoría de los bebés están listos para comenzar con alimentos sólidos. Es importante que puedan mantenerse sentados con apoyo y que muestren interés por la comida. Se recomienda ofrecer alimentos de textura blanda, como purés o trozos aptos para su manipulación, siempre manteniendo la leche como base de la alimentación.
De 7 a 9 meses: variedad y texturas
En esta etapa, los bebés pueden comenzar a experimentar con diferentes texturas y sabores. Se pueden ofrecer cereales, frutas, verduras, legumbres, carnes bien cocidas y huevo. El objetivo es ofrecer una alimentación variada que cubra sus necesidades de hierro y otros nutrientes.
De 10 a 12 meses: comidas familiares
Hacia el final del primer año, el bebé ya puede comer muchas de las preparaciones familiares adaptadas: sin sal, sin azúcares añadidos y con cuidado de las texturas. Comienza a desarrollar más independencia para alimentarse solo, usando las manos o una cuchara.
Recordá: cada bebé avanza a su ritmo. Lo importante es ofrecer alimentos saludables, respetar sus tiempos y consultar al pediatra ante cualquier duda.