Durante el primer año de vida, algunos alimentos deben evitarse por su riesgo de causar enfermedades, alergias o atragantamiento. Conocer cuáles son y por qué es importante para proteger la salud del bebé.
Miel
La miel puede contener esporas de Clostridium botulinum, que pueden provocar botulismo infantil, una enfermedad grave. Se recomienda evitarla hasta después del primer año.
Leche de vaca
Antes del año, el sistema digestivo del bebé no está preparado para digerir adecuadamente la leche de vaca, ya que puede sobrecargar los riñones y no aporta la cantidad adecuada de hierro.
Sal y azúcar añadidos
El exceso de sal puede afectar los riñones inmaduros del bebé, mientras que el azúcar aumenta el riesgo de obesidad y caries dental. Los alimentos deben ser naturales, sin añadidos.
Frutos secos enteros
Los frutos secos como maníes, nueces o almendras enteros presentan un riesgo alto de atragantamiento. Se pueden introducir en forma de manteca de frutos secos o bien molidos.
Pescados y mariscos crudos
El pescado es un alimento nutritivo, pero debe ofrecerse siempre bien cocido para evitar infecciones. Los mariscos crudos también se deben evitar hasta más adelante.
Otros alimentos a evitar:
- Bebidas azucaradas o jugos industriales.
- Embutidos y carnes procesadas.
- Alimentos duros o pegajosos difíciles de masticar.
Ofrecer una alimentación segura y adecuada durante el primer año sienta las bases para una nutrición saludable en la infancia y más allá.