Los primeros meses de vida son un período de adaptación para el bebé y su familia. Sin embargo, hay situaciones que generan mucha preocupación, como los cólicos del lactante. Este término hace referencia a episodios de llanto intenso y prolongado, sin causa aparente, que suelen aparecer en bebés sanos de entre 2 semanas y 4 meses.
Aunque son muy frecuentes y suelen desaparecer por sí solos, es importante que las familias cuenten con información clara y consejos prácticos para transitar este momento de la mejor manera posible.
¿Qué son los cólicos del lactante?
Se habla de cólicos cuando un bebé llora de forma intensa, inconsolable y sin una causa evidente (hambre, pañal sucio, frío o calor) durante al menos tres horas al día, tres días a la semana, por al menos una semana.
Suelen aparecer al final del día o por la noche, y aunque no representan un problema de salud grave, generan mucha angustia en los padres.
Posibles causas
Aún no se conoce con exactitud qué los causa, pero algunas teorías incluyen:
- Inmadurez del sistema digestivo.
- Gases o dificultad para expulsar aire.
- Alta sensibilidad a estímulos ambientales.
- Factores emocionales: el bebé percibe el estrés del entorno.
Claves para aliviar los cólicos
Si bien no existe un único remedio, hay muchas estrategias que pueden ayudar a calmar al bebé y reducir la intensidad de los episodios:
1. Sostener y contener al bebé
El contacto físico es fundamental. Cargarlo en brazos, mecerlo suavemente o llevarlo en porteo puede calmar su malestar. Sentir el latido y el calor de mamá o papá brinda seguridad.
2. Masajes abdominales
Los masajes suaves en la panza, siguiendo el sentido de las agujas del reloj, pueden ayudar a aliviar el malestar abdominal. También es útil ejercitar las piernas del bebé, moviéndolas en forma de bicicleta.
3. Ruido blanco y sonidos calmantes
Algunos bebés se calman con ruidos constantes, como el sonido de un secador de pelo, la aspiradora o incluso el sonido del útero (puede encontrarse en aplicaciones o videos). Estos sonidos les recuerdan el ambiente intrauterino y pueden ser reconfortantes.
4. Ambiente tranquilo
Reducir luces fuertes, ruidos y estímulos ayuda a calmar al bebé. Un entorno sereno, con contacto piel con piel o lactancia a libre demanda, puede ayudar a prevenir o reducir la intensidad de los episodios.
5. Eructos frecuentes
Si el bebé se alimenta con pecho o mamadera, es importante asegurarse de que expulse el aire correctamente después de cada toma. Los gases acumulados pueden aumentar el malestar.
6. Pedir ayuda y compartir el cuidado
Cuidar a un bebé con cólicos puede ser agotador física y emocionalmente. Pedir ayuda a la pareja, familia o red de apoyo es clave para que las mamás y papás puedan descansar y atravesar esta etapa con mayor serenidad.
Los cólicos no duran para siempre
Aunque vivirlos puede ser muy desafiante, es importante recordar que los cólicos son una etapa transitoria y no afectan el desarrollo ni la salud futura del bebé. Con paciencia, contención y acompañamiento, la mayoría de los bebés supera esta etapa hacia los 3 o 4 meses.
Ante cualquier duda o si el llanto se acompaña de fiebre, vómitos persistentes o dificultades para alimentarse, siempre es recomendable consultar con el pediatra de confianza.